Partiendo de la base que cumplir más de un siglo de existencia no es una cuestión fácil, nos corresponde conmemorar en este 2021 (con escasa celebración por las circunstancias), los 105 años de vida de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Caído y María Santísima de la Esperanza.
Muchos son los avatares que surgen en esta centuria larga. Muchos obstáculos se han tenido que ir sorteando por parte de las personas que pertenecieron, que han pertenecido y que en la actualidad pertenecen a esta corporación penitencial entroncada desde que se fundó el 6 de enero de 1916 en la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora.
Avatares como los que se tuvieron que vivir durante la guerra civil (1936-1939) y en la posguerra, hasta que fuera refundada la Cofradía a principios de los años sesenta del pasado siglo.
Pero siempre con la devoción a Nuestro Padre Jesús Caído, uniéndose posteriormente y tras la refundación, la Madre, la Santísima Virgen de la Esperanza.
Uno de los primeros acuerdos fue encargar el paso titular de Nuestro Padre Jesús Caído, que fue realizado en un breve espacio de tiempo por el imaginero valenciano José Romero Tena, basándose en el grupo escultórico de “La Caída”, salido de gubia de Francisco Salzillo y Alcázar, nacido en Murcia el 21 de mayo de 1707, hijo de un escultor napolitano.
Posteriormente se fueron adquiriendo otras imágenes, se amplió el patrimonio, se ofrecía una comida tras la procesión a los que moraban en la residencia de ancianos, pero todo se acabó en 1936. Hasta entonces fue una época esplendorosa según atestigua la prensa de la época.
En la década de los años 50 con imágenes prestadas, caso de la familia Ruiz Crespo (conocida como “Los Mamadeos”) o la familia Santamaría, se organizaba una pasionaria desde la parroquia de la Asunción, siempre, como desde su fundación a primeras horas de la mañana.
Luego llegaría el empuje de “Los Estudiantes”, el apoyo de Radio Juventud, la nueva túnica para hermanos y hermanas tan distinta a la primitiva, pues del morado se pasó al verde, nuevas imágenes que en el caso de Jesús Despojado y Jesús con la cruz a cuestas fueron donaciones como se expresa en el párrafo anterior, mientras que la Cofradía adquirió en el año 1967 la Virgen de la Esperanza y en el año 1992, la de Nuestro Padre Jesús Caído.
HERMANAMIENTOS
Nuevas incorporaciones a las directivas, nuevos presidentes y hermanos mayores, vinculación hace ya 34 años con las Fuerzas Armadas y Cuerpos de Seguridad del Estado, Policía Local, Casa Real, la llegada del mundo del costal en 2019 para portar la imagen del Señor del Mediodía, y las portadoras de la imagen de la Verónica, y así podríamos hablar de muchos logros, de muchos aniversarios, destacando el del centenario (1916-2016) todo a base de mucho esfuerzo, con nuestros aciertos y errores, recibiendo el apoyo de los hermanos y hermanas, y hasta aquí hemos llegado, manteniendo la misma ilusión para que continúe viva la llama penitencial en el mediodía de cada Viernes Santo.
Y para que esta historia de 105 años no termine aquí, es necesario seguir fomentando la devoción a nuestros Sagrados Titulares, y seguir solventando cuantas dificultades encontremos, sin ir más lejos las provocadas por la primera pandemia del siglo XXI, que hasta el momento, además de desanimarnos por momentos y haber perdido hermanos como Matilde, José Antonio, Juan Antonio, Paco, o directivos como Manuel Barchino, entre otros.
El hecho de que llevemos dos años sin poder procesionar, es otra cuestión que lógicamente desanima y no contribuye a fomentar la ilusión, eso sí, este año al menos tendremos los templos para ver a nuestros Titulares y participar en los distintos cultos y oficios.
Que todo esto nos sirva para fortalecer nuestra fe y no perder nunca la esperanza.
DAVID SÁNCHEZ MIGALLÓN MUÑOZ
Hermano Mayor
ÁNGEL LÓPEZ SÁNCHEZ
Secretario General
(Publicado en la revista Semana Santa 2021, de la Agrupación de hermandades)
Fotografía de archivo coloreada de la primera salida procesional de Jesús Caído (1916)