En estas dos fotografías lo que queremos destacar en la presencia de la Guardia Romana, los populares y entrañables “armaos” que tanto colorido daban a nuestras procesiones.
La primera de las fotografías, la de blanco y negro es de principios de la década de los años 60, coincidiendo con la refundación de nuestra Cofradía. Situamos la misma en la confluencia de Seis de Junio con Torrecillas.
Si nos detenemos un poco en algunos detalles, bueno, pues vemos como una representación de la Guardia Romana precede a la imagen de Jesús con la Cruz a Cuestas. Nos llama la atención que hay muchos niños y niñas en el paso de la procesión, a pie de calle.
A la izquierda de la imagen, el desaparecido “Mesón del Vino”, y a continuación en un edificio ya inexistente, el despacho de diversos carburantes que por aquel entonces existía, en lo que luego fue el edificio que acogió en sus bajos el Banco Hispano Americano (actual Santander).
La segunda foto –la de color- está datada en 1988. Han pasado por tanto 23 semana santas. La reorganizada Guardia Romana antecede al paso de Jesús con la Cruz a Cuestas.
Si observamos, vemos que hay edificaciones completamente distintas a las de la fotografía de blanco negro, eso sí, la casualidad ha querido que la instantánea se captara en el mismo lugar.
GUARDIA ROMANA
Hay que recordar que la Guardia Romana adquirió notoriedad en Valdepeñas, reorganizándose al igual que algunas hermandades y cofradías tras el triste episodio 1936-1939, pero en origen se remonta a muchos antes de esa época.
Hubo etapas de gran vinculación a la hermandad del Santísimo Cristo, o con la cofradía de Jesús Orando en el Huerto, pero a mediados de los años setenta desaparecieron.
Los armaos -los había de caballería y de infantería, tocaban instrumentos como tambores y cornetas y utilizaban grados del ámbito castrense-, hacían el prendimiento en la tarde del Jueves Santo en la plaza de España. Buscaban a Jesús durante toda la mañana de ese día, y acompañaban la mayoría de las procesiones.
La creación en 1987 de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Semana Santa con el desaparecido Antonio León Grande como presidente, permitió que en 1998 volvieran a nuestra Semana Santa, se viera en nuestras calles a esos jóvenes músicos vestidos de romanos –remedo de la guardia del procurador de Judea: Pilato- dando brillantez y colorido, pero la aventura únicamente duró 10 años, a pesar del esfuerzo de todos ellos y de la importante inversión que se hizo, pues por aquel entonces yo era el secretario de la citada Agrupación.
Ahora podemos afirmar con rotundidad que la Guardia Romana no volverá ya nunca a nuestras calles. La añoranza nos embarga, máxime sabiendo que poblaciones con menor número de habitantes tienen extraordinarias centurias romanas que perduran con el paso del tiempo.
Texto: Ángel López Sánchez (Secretario General)
Fotos: Archivo
