La fotografía que incluimos en este apartado de “Fotos para recordar” tiene bastante emotividad para la Cofradía, pues en primer plano y vistiendo la túnica, aunque con el rostro descubierto aparece nuestro recordado directivo Ángel López-Tello Díaz.
Fue hasta su muerte, el encargado de llevar el paso de Nuestro Padre Jesús Caído y la Santa Mujer Verónica. Se podrá observar que ni la cruz lleva los terminales dorados, sino los de madera que le fueron colocados cuando se adquirió la misma en el año 1992 (la fotografía es del 17 de abril de ese año, primera salida de la actual imagen de Jesús Caído). Tampoco figura la imagen de Simón de Cirene “El Cirineo”, que fue adquirido en el año 2000, mientras que el nuevo trono, obra del carpintero Celestino Peñalver Candelas se estrenó en el año 2008, el mismo que se adquirió. Tampoco lleva faroles, y la túnica es sencilla y sin bordados, e incluso el traje de la Verónica no tiene nada que ver con el actual. Como se suele decir, cualquier parecido con el ornato actual, es mera coincidencia.
Otro detalle de la fotografía. Como en ese paso hasta el año anterior (1991) solo había procesionado la imagen de la Verónica (así lo venía haciendo desde 1985 que dejó de salir en andas, si bien inicialmente fue en una carroza prestada por la hermandad de San Juan y año siguiente adquiere una propia nuestra Cofradía)), es empujado por fuera por propios penitentes de nuestra Cofradía.
El cielo es el idóneo para un mediodía de Viernes Santo, que además fue de buena temperatura a tenor de cómo viste el numeroso público que presencia el cortejo a su paso por la calle Seis de Junio (confluencia con Juan Alcaide), algunos de cuyos edificios (tanto a un lado como a otro) ya no existen.
Centrándonos en nuestro directivo Ángel López-Tello Díaz, recordar que fue un ejemplo de hermano cofrade. Nacido en Valdepeñas el 10 de febrero de 1929, se incorporó a la Cofradía a finales de la década de los 60 y murió un 4 de mayo de 1995 a los 66 años de edad, por lo que estuvo unos treinta años formando parte de la Junta de Gobierno como vocal.
Conocido coloquialmente entre nosotros por el apelativo de “Angelito”, siempre eficaz en su trabajo se convirtió en un “todo terreno”, caracterizándose por su sencillez, amabilidad, generosidad y espíritu de servicio. Su recuerdo perdura entre nosotros, desde que hace años viste la túnica celestial.
Texto: Ángel López Sánchez (Secretario General)
Foto: Archivo